Huerva, Gállego y Cinca son los tres ríos en los que se han detectado incumplimientos de los parámetros máximos, si bien se nota cierta mejoría
A. Maluenda - Heraldo de Aragón
La salud actual de la cuenca del Ebro en Aragón mejora los resultados de años anteriores, si bien todavía queda camino por recorrer hasta alcanzar un estado óptimo. Esta es la conclusión que puede extraerse del último informe anual de la red de control de sustancias peligrosas en la cuenca, publicado recientemente por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y que localiza los cuatro puntos 'negros' actuales de la cuenca en territorio aragonés.
De estos, el parámetro que más preocupa a los técnicos de la CHE es el nivel de mercurio detectado en la biota (peces analizados) en el río Gállego a su paso por Jabarrella (localidad perteneciente al término municipal de Sabiñánigo), donde se ubica uno de los veinte puntos de muestreo. El de Jabarrella, que se enmarca en un tramo de aguas bajo un foco de emisión autorizado, ha detectado niveles de entre 140 y 461 microgramos de mercurio por kilo, cuando lo estipulado como máximo por directiva europea son los 200 microgramos.
En cualquier caso, cabe destacar que estos datos experimentan una clara mejoría desde el año 2006, cuando se alcanzaron cifras récord. Desde el área de la CHE que controla la calidad de las aguas explican esto se debe a que "la empresa que realiza los vertidos ha cambiado su tecnología para ajustarse paulatinamente a la normativa". El mercurio, que "se bioacumula y no se degrada", no puede mostrarse en niveles superiores a 500 microgramos por kilo para poder ser comercializado para su ingesta. En los últimos años se ha logrado este objetivo.
Otro dos puntos donde se han detectado niveles relativamente elevados de mercurio en la biota son el río Cinca a su paso por Monzón (donde ha alcanzado valores de entre 173 y 209 microgramos) y en Villanueva de Gállego. En esta última localidad se alcanzan niveles de entre 164 y 319 microgramos.
El cuarto punto de muestreo en aguas aragonesas en el que se han localizado sustancias peligrosas se enmarca en la Fuente de la Junquera, donde se analiza el río Huerva. En este rincón se han detectado niveles elevados de tres agentes contaminantes en el agua: nonilfenol, níquel y selenio.
A lo largo de 2011 se tomaron un total de 7.362 muestras de agua en toda la cuenca, en busca de 43 sustancias diferentes. Apenas se hallaron 16 de ellas en el 17,2% del total de puntos examinados. En lo que respecta a los análisis de biota, de las tres sustancias que tienen norma de calidad ambiental (mercurio, hexaclorobenceno y hexaclorobutadieno) se han registrado incumplimientos en siete puntos.
Las analíticas de sedimientos han arrojado concentraciones elevadas de sustancias nocivas en cinco zonas de muestreo, ninguna de ellas en la Comunidad aragonesa.
La salud del Ebro, "entre moderada y buena"
Aunque el informe no contempla el estado de salud del río Ebro en su conjunto, la CHE sí tiene previsto hacer público en las próximas fechas un nuevo estudio sobre el control de las aguas tras analizar los indicadores biológicos (fauna y flora, especialmente algas). En líneas generales, el jefe del área de Calidad de las Aguas de la Confederación, Javier San Román, destaca que en la actualidad el río tiene un estado de salud "entre moderado y bueno", si bien "ha mejorado muchísimo en los últimos diez años gracias a la depuración de aguas".
Siete puntos de muestreo en Aragón
La Confederación tiene 20 puntos de control de calidad a lo largo de la cuenca para localizar sustancias peligrosas, la mayoría cercanas a focos de emisión con autorizaciones de vertido. En Aragón hay un total de siete: Sabiñánigo, Jabarrella y Monzón en la provincia de Huesca y Pina de Ebro, Villanueva de Gállego, Zaragoza y Grisén en la provincia de Zaragoza.
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