C.F.B. Zaragoza 08/02/2008 - Cinco barrios rurales todavía vierten directamente sus aguas residuales a los ríos Ebro y Gállego. Peñaflor, Movera, Juslibol, Casetas y Garrapinillos aún no están conectados a ninguna depuradora. En total, los desechos de más de 17.000 personas van a parar aún a los cauces sin ningún tratamiento (a estos habría que sumar todos aquellos ilegales). El Ayuntamiento se defiende y asegura que esta proporción es muy poca si se tiene en cuenta que un 98% de las aguas residuales se depura y anuncia una solución a corto plazo para estos casos.
Pero esta "irregularidad" es especialmente paradójica en un año en el que Zaragoza se da a conocer al mundo por el agua y el desarrollo sostenible. Aún se pueden encontrar, tal y como se ve en la fotografía, bastantes vertidos directos de aguas residuales a los cauces. Por ejemplo, Movera, una población de casi 3.000 habitantes, tira todos sus residuos por una conducción escondida entre la maleza. De hecho, esta situación se está produciendo desde hace más de 30 años, aunque muy pocos vecinos de la zona pueden localizar geográficamente esta tubería. Solo el intenso olor hace sospechar de las aguas fecales, aunque gran parte de ellas se filtran por el camino desde el propio barrio hasta llegar al río.
Tampoco Garrapinillos y Casetas, dos de los barrios rurales con más población de la ciudad, tratan sus vertidos antes de tirarlos directamente al Ebro. Estos núcleos están pendientes de la nueva depuradora que el Gobierno de Aragón va a construir en Utebo. Las obras ya se han adjudicado, aunque todavía tardará en ponerse en marcha algunos meses. Por su parte, Juslibol recoge sus aguas en una depuradora que hace años que no funciona y, posteriormente, las arroja al río. "Esta infraestructura lleva al menos 20 años parada. Lo único que se hace es recoger las aguas, pero luego se echan al río", aseguró el alcalde de este barrio rural, Miguel Ángel Velilla.
Mientras, Peñaflor vierte al Gállego. Un cauce que al tener menos volumen de agua puede sufrir todavía más las consecuencias de estos residuos. De hecho, los vecinos aseguran que en determinados momentos del año se forman "películas" de desechos que no dejan pasar el oxígeno y dañan la flora y fauna de la zona. "Es una cuestión que nos preocupa especialmente", destacó el alcalde de este núcleo, José Andrés Pescador, que ha mantenido reuniones en las últimas semanas para intentar encontrar una solución al problema.
Pese a que la normativa aconseja la manipulación previa de las aguas fecales y, por supuesto, cualquier vertido a los cauces, .......
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